Después de respirar hondo, Danielle pensó inmediatamente en cómo iba a darle la noticia a su marido Jensen Karp.
“Esa noche esperé a que los niños se acostaran y se lo dije porque él sacó el tema”, recuerda. “Me dijo: ‘¿Aún no tienes los resultados? Y yo le dije: ‘En realidad, tengo los resultados y tengo cáncer’. Fue un golpe muy duro”. Sus dos padres murieron de cáncer, y fue duro”.
Otro momento duro llegó cuando tuvo que comunicar a sus padres su diagnóstico.
“No les había dicho que me habían hecho una mamografía anormal porque pensé que no era una historia hasta que lo fuera”, explica Danielle. “Así que cuando supe que tenía cáncer, se lo conté a los dos. Y gestionar o sentir que iba a tener que gestionar las emociones de los demás fue lo más difícil.”
“Oír llorar a mis padres fue duro”, añadió. “Es una experiencia dura. Y la verdad es que me hace sentir muy bien poder animar a otras personas a estar al tanto, porque no todo el mundo tiene la suerte de descubrir que tiene cáncer en una fase tan temprana.”