Thu. Apr 25th, 2024

¿Cómo abordaste el trabajo con niños al filmar escenas desgarradoras tanto en esta película como en “The Babadook”?

Creo que tiene que haber una gran cantidad de protección porque esta película será una parte memorable de sus vidas. Ciertamente hay una gran cantidad de diversión jugando a hacer creer con ellos. Creo que actuaría en escena con Noah Wiseman, quien interpretó a mi hijo en “The Babadook”. Habría momentos en los que estaríamos conduciendo el automóvil, Jennifer estaría en el asiento del pasajero, yo estaría conduciendo y él estaría en el asiento trasero, y en un momento, Jen preguntó: “¿Alguna vez ¿Tienes rabietas? Noah dijo: “No”, entonces Jen respondió: “¿En serio? Tengo rabietas, y cuando tengo una rabieta, me pongo así”, y lo representó antes de preguntar: “¿Qué haces, Essie?”. Dije: “Bueno, cuando tengo una rabieta, me pongo así”, y lo representé. Luego le preguntamos: “¿Puedes hacer eso?”, y lo que terminó haciendo está todo en cámara.

Después de una escena como esa, todos nos reíamos o nos abrazábamos, y luego él se montaba en su caballo balancín o jugaba con sus Legos. Por supuesto, tenía que haber una gran cantidad de protección en una película como “The Babadook”. Haría escenas particulares de múltiples maneras. Lo haría con Noah mientras decía diferentes líneas. Lo haría con él mientras pronunciaba mis líneas si le gritaba y literalmente las ADR después. O decía algo como, “Vamos, come tierra”, y luego cada vez que nos cortamos, actuaba feliz con él. Entonces Noah se iría y yo volvería a hacer la escena con un hombre de 20 años de rodillas, y entregaría el diálogo en vivo.

En “Bunny King”, Amélie fue un genio. Tenía líneas que aprender y las hacía, pero muy a menudo, estábamos improvisando. Cuando estábamos en esa casa de juegos de plástico, solo jugábamos y tenían que filmarnos. Fue maravilloso porque nos llevamos muy bien. Podía entrar y salir de las líneas y entrar en nuestro juego. Estaba haciendo que Bunny jugara con muñecas, actuando como si fueran nuestra familia en nuestra pequeña casa. Ella simplemente me amaba y yo la amaba. Tenemos esos momentos maravillosos cuando me toca la cara y cuando van a llevársela, tuvo una rabieta, pero estaba actuando. Se sentía real, pero no fue traumático. Ella no quería dejar de jugar conmigo. Tan mágico como ese puede suceder, particularmente con los niños que aman jugar y estar en el momento.

By Sandra Winters

Writer | Author | Wordsmith Passionate about crafting stories that captivate and inspire. Published author of [Book Title]. Dedicated to exploring the depths of human emotions and experiences through the power of words. Join me on this literary journey as we delve into the realms of imagination and uncover the beauty of storytelling.