Sat. Apr 20th, 2024

Un entrevistado menciona “Tarde de perros” porque representa uno de los dos casos anteriores en Nueva York en los que hubo negociaciones entre la policía y los rehenes. El otro ejemplo fue el Levantamiento de Attica, que Stanley Nelson relató en el excelente documental nominado al Oscar, “Attica”. Attica terminó con una redada de la policía que resultó en la muerte de rehenes y prisioneros por igual. Coincidentemente, a esto se refiere el personaje de Al Pacino cuando grita “¡Attica! Attica” en la película de Lumet. El nombre de la prisión se había convertido en un grito de batalla contra la brutalidad policial en una era en la que las fuerzas del orden emulaban la postura machista de policías en pantalla como Joe Friday, Dirty Harry y el propio Popeye Doyle del Departamento de Policía de Nueva York.

Pasan al menos 30 minutos antes de que uno de los intertítulos en pantalla que se usan con moderación anuncie que se avecina una explicación del crimen. Las palabras “Por qué estuvimos allí” aparecen en la pantalla antes de que volvamos a Shu’aib Raheem, líder del robo fallido. Él y sus secuaces, Dawud A. Rahman, Yusef Abdallah Almussadig y Salih Ali Abdullah tenían veintitantos años cuando intentaron adquirir armas ilegalmente en la tienda de artículos deportivos John and Al’s en Williamsburg, Brooklyn, el 19 de enero de 1973. Eran todos los musulmanes sunitas, un grupo rival de la Nación del Islam. Cuando Raheem se volvió crítico con la NOI, es objeto de amenazas de violencia que cree que provienen de ellos. La masacre de musulmanes hanafi de 1973, que ocurrió el día anterior, lo convenció de que su familia estaba marcada por la muerte. “Si hubiera ido al condado de Nassau”, dice una de las cabezas parlantes, “podría haber conseguido un arma legal allí. No tenía antecedentes penales”.

Jerry Riccio estaba detrás del mostrador en John and Al’s cuando entraron Raheem y su equipo. Riccio es el personaje más colorido de “Hold Your Fire”, un neoyorquino sensato cuyo relato de su terrible experiencia tiene todas las características de un verdadero narrador. Mientras Raheem nos cautiva con sus explicaciones, sentimientos, miedos y remordimientos, Riccio ofrece un contrapunto igualmente apasionante que describe cómo logró escapar con los rehenes. También describe a los hombres, refiriéndose repetidamente a Dawud Rahman como “el hombrecillo” que no dice mucho y parecía estar luchando activamente contra sus propios sentimientos de culpa. Rahman también es entrevistado, y parece hablar tan suavemente como lo describió Riccio. Cuando Riccio descubre que Rahman todavía está en la cárcel, su sorprendente respuesta es de empatía y preocupación.

By Sandra Winters

Writer | Author | Wordsmith Passionate about crafting stories that captivate and inspire. Published author of [Book Title]. Dedicated to exploring the depths of human emotions and experiences through the power of words. Join me on this literary journey as we delve into the realms of imagination and uncover the beauty of storytelling.