Thu. Mar 28th, 2024


all in one reúne un trío de piezas breves y surrealistas de Alistair McDowall. Los tres están escritos e interpretados con extraordinaria habilidad por Kate O’Flynn, y cuidadosamente dirigidos por Vicky Featherstone y Sam Pritchard. Es una colección extraña, a veces gráfica e inquietante, pero completamente convincente. Canalizando una forma retorcida de Talking Heads de Alan Bennett, en cada actuación en solitario, los personajes femeninos anónimos existen en un mundo donde la mundanidad se yuxtapone con reinos de pesadilla y ciencia ficción.   La primera pieza, Northleigh, 1940, comienza con una mujer sujeta, recitando un cuento de hadas grotesco, lleno de horror y peligro. Luego cambia…

Clasificación



Excelente

Un actor soberbio en un tríptico surrealista que canaliza al Dr. Who, Alan Bennett y Victoria Wood, para comentar sobre el complejo universo de la existencia humana.

todo en uno reúne un trío de piezas breves y surrealistas de Alistair McDowall. Los tres están escritos e interpretados con extraordinaria habilidad por Kate O’Flynn, cuidadosamente dirigida por vicky plumapiedra y sam pritchard. Es una colección extraña, a veces gráfica e inquietante, pero completamente convincente. Canalizando una forma retorcida de Alan Bennett cabezas parlantesen cada actuación en solitario, los personajes femeninos anónimos existen en un mundo donde la mundanidad se yuxtapone con los reinos de la pesadilla y la ciencia ficción.

la primera pieza, Northleigh, 1940, abre con una mujer agarrada, recitando un cuento de hadas grotesco, lleno de horror y peligro. Luego cambia abruptamente a ella como una persona común en tiempos de guerra, compartiendo un refugio Morrison con su padre invisible. Mientras hablan de sus vidas ordinarias, suceden pocas cosas, pero se revela mucho. Enjaulada con él, está encerrada en las reglas y expectativas sociales, víctima de la programación social. El guión de McDowall es elaborado, perspicaz y secreto, plantando pequeños detalles y sugerencias para revelar la experiencia insatisfecha y el conocimiento tácito. Atrae a la audiencia curiosa con fuerza. O’Flynn actúa hábilmente, ofreciendo una rareza inquietante junto con patetismo, pero también una comedia impecable. A veces canaliza a los personajes de Victoria Wood y Alan Bennett, pero en un Dr. quien-esque mundo de horrible deslizamiento, fragmentación y decadencia.

La segunda pieza, en estéreo, es una representación surrealista de una mujer que encuentra una mancha húmeda en la pared, que se convierte en una entidad orgánica que le hace perder su singularidad y, en cambio, existe en múltiples formas. Contadas con una voz en off incorpórea, las historias se superponen en una cacofonía, mientras ella es absorbida por la pared. El tiempo pasa, la vida cambia de forma, planteando interrogantes sobre la relación humana con la naturaleza y del ser. O’Flynn es totalmente magnética, la audiencia se centró en su insoportablemente prolongado viaje por el escenario, mientras sus palabras consumían el espacio.

Su actuación para la pieza final, todo él, es, sencillamente, asombroso. Sentada en un taburete de la barra, micrófono en mano, podría ser una artista de cabaret. En una notable corriente de lenguaje, nos impulsa a través de una vida entrelazada con muchas otras vidas hasta que se convierte en toda vida. Ella relata historias y momentos reconocibles, en descripciones que son ricamente evocadoras – una perversa bajo la leche de madera tal vez, y los vivimos con ella en una dramatización intensificada de la normalidad.

Atraído a esta visión final del mundo, es como si el crecimiento orgánico de en estéreo nos ha llevado a este lugar. La existencia humana se siente parte de una red de micorrizas: un conjunto complejo y casi fúngico de conexiones con características nutritivas, sensoriales y comunicativas que no se ven pero están presentes en el espacio y el tiempo. Esta enormidad conceptual se complementa por completo con la entrega deliberadamente errática e implacable de O’Flynn.

Escenografía inteligente de hensel mirlo une las piezas cuidadosamente, describiendo mundos ilimitados usando lo físico y lo ausente. Muros manchados y una jaula literal representan el mundo restringido de Northleigh, 1940. Entonces para en estéreo una silla y un televisor son las únicas representaciones físicas de una vida aislada. Entre esta pieza y todo ello las paredes del set están literalmente despojadas a plena vista. Ahora es solo la voz lo que importa, ya que las ideas de la vida misma se vuelven abstractas.

Macdowall tiene una capacidad increíble para yuxtaponer la normalidad con conceptos enormes, y este tríptico es un excelente ejemplo de ello. Su elección de O’Flynn para entregar el trabajo está inspirada, ya que logra una gran variedad de emociones y estilos desafiantes. Ella equilibra la actuación cómica y naturalista con el patetismo y la angustia, de modo que creemos en su realidad, sin importar a dónde nos lleve, incluso a reinos de extrañeza extraordinaria. Esta es una producción fascinante que te absorberá y te hará parte de un mundo visto de otra manera.


Escrito por: Alistair McDowall
Dirigida por: Vicky Featherstone y Sam Pritchard
Diseño de: Merle Hensel
Diseño de iluminación por: Elliot Griggs
Diseño de sonido por: Melanie Wilson
Diseño de video por: Lewis den Hertog
Producida por The Royal Court Theatre

todo se representa en el Royal Court Theatre hasta el 17 de junio. Más información y reservas se pueden encontrar aquí.


By Sandra Winters

Writer | Author | Wordsmith Passionate about crafting stories that captivate and inspire. Published author of [Book Title]. Dedicated to exploring the depths of human emotions and experiences through the power of words. Join me on this literary journey as we delve into the realms of imagination and uncover the beauty of storytelling.