Sat. Apr 27th, 2024

Películas como “Akira” pierden poco tiempo creando un paisaje sonoro inmersivo que mantiene a los espectadores al límite mientras somos golpeados por oleadas de géneros e instrumentación en guerra. Compuesta por el colectivo experimental Geinoh Yamashirogumi, la partitura combina inspiraciones de la música Noh (teatro tradicional japonés), así como del rock progresivo, la música folclórica de Indonesia y más, como una forma de hacer que los leitmotiv sean cada vez más desestabilizadores. La fusión del folclore de Asia oriental con obras corales sinfónicas y música de club hace sonar los temas de réquiem y olvido de la película.

El compositor de “Uncut Gems” Daniel Lopatin (autor intelectual de Oneohtrix Point Never) creó una sensación similar. Su expresión de sonido cósmico se casa con el ritmo narrativo de la película con un pulso que rebota, cubriendo el rugido sordo del diálogo constante y el enfadado paisaje sonoro de Nueva York. La inevitabilidad de la conclusión de la película puede ser un hecho, pero la ansiedad que produce la partitura con su diseño centrado en sintetizadores y ráfagas de ruido se asienta al principio cuando no sabemos mejor.

En cuanto a “Annihilation”, el trabajo de Barrow y Salisbury es una comprensión magistral de estos estilos de composición, ya que el mayor logro en la incorporación de la ansiedad a través de la partitura se logra contorsionando una aguda disonancia de sonidos. “Annihilation”, en un grado aún mayor que las obras antes mencionadas, es un ejemplo perfecto de cómo secuenciar una partitura para imitar un ataque de pánico.

La ansiedad y yo compartimos una historia.

Me despertaba creyendo que el mundo se había acabado. Silencioso y gris, el hogar de mi infancia se convirtió en una tumba ensamblada por mis miedos humillantes y mudos. Me acostaba despierto, momentáneamente paralizado, antes de revisar a mis padres, mis hermanas y mis mascotas también, para asegurarme de que todavía estaban vivos.

Mi aliento es tan a menudo robado en estos casos, cada aliento ganado a través del trueque. Me dijeron joven que la raíz de un ataque de ansiedad era la sensación de muerte inminente, sin importar cuán inexplicable. Lo que aprendí fue que no estaba tan aterrorizado por el apocalipsis sino por el pánico que viene con el efecto del sudor frío de creer que mi mundo tal como lo conozco se está acabando. Me quedaré sin palabras e inmóvil día tras día durante meses, creyendo que todas y cada una de las veces que sobreviví fue una casualidad: hoy, la tierra está en llamas, el cielo realmente se está cayendo y el sol se oscurecerá. La ansiedad, para mí, es el miedo que surge de saber que mi cerebro es un narrador poco confiable.

By Sandra Winters

Writer | Author | Wordsmith Passionate about crafting stories that captivate and inspire. Published author of [Book Title]. Dedicated to exploring the depths of human emotions and experiences through the power of words. Join me on this literary journey as we delve into the realms of imagination and uncover the beauty of storytelling.