Berger trabajó para todos, desde los intelectuales de la talla de Joseph Losey y Vittorio De Sica hasta los de mal gusto como Umberto Lenzi y Jesús Franco. Finalmente terminó su carrera como despedida, como el majestuoso rey gremlin de la pantalla en la estupenda “Saint Lauren” de Bertrand Bonello y la traviesa “Liberté” de Albert Serra.
Aquí hay una celebración de “Ludwig”, una película de 1973 dirigida por Luchino Visconti, el gran esteta aristocrático del cine. Es su carta de amor más conmovedora al difunto Helmut Berger, y una mirada a lo que sucede cuando buscas sin cuidado las cosas más espléndidas de la vida y dejas que todo lo demás se arruine.
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